La Vaca Púrpura

Seth Godin autor del libro “La Vaca Púrpura”  escribe sobre una alternativa interesante para seguir estando presentes en el mundo de los negocios. Indica que con una idea. (libro descargable más abajo) extraordinaria, puedes hacer que tu producto no quede invisible.

El marketing tradicional nos ha enseñado que a través de cinco «P» somos capaces de controlar el trabajo que realizamos. Si bien, en realidad, son más de cinco «P», podemos destacar al producto, el precio, la promoción, el posicionamiento y la publicidad.

Seth Godin cree que esto quedó obsoleto. Para él, la nueva P, es la Vaca Púrpura. Este concepto surge tras realizar un viaje con su familia en una autopista avistaron un centenar de vacas que parecían sacadas de un cuento infantil. Conforme avanzaron, empezaron a ver más y más grupos así. Quizás presentaban alguna diferencia, pero básicamente, eran todas iguales. Por lo cual se volvió aburrido. Por ende algo completamente distinto seria ver una Vaca Púrpura, al menos durante un tiempo. Para esto, su esencia debe ser extraordinaria. Llevado al marketing, lo extraordinario es el arte de construir cosas en las que vale la pena fijarse.

Godin habla específicamente de una “revolución silenciosa” que consiste en que los únicos productos con futuro son aquellos hechos por gente apasionada.

Godin expresa acerca del marketing:

  • Poca gente puede comprar tu producto, ya sea por falta de dinero, tiempo o interés.
  • Si el público no tiene el dinero necesario para comprar lo que vendes al precio que necesitas venderlo, no hay mercado.
  • Si el público no dispone de tiempo para escuchar y entender tu lanzamiento, este pasará desapercibido.
  • Y si el público se toma el tiempo para escuchar tu lanzamiento, pero decide que no le interesa, no vas a llegar muy lejos.

Los  grandes problemas de hoy en día es que hay muchas opciones para elegir pero contamos con poco tiempo para poder hacer una selección.

En la actualidad resulta muy difícil llegar a los consumidores, necesario adaptarse a lo nuevo y cambiar.

La era de la televisión-industria planteaba:

  • Crear productos estándar.
  • Anuncios dirigidos a todos.

Lo nuevo, la era post-televisión, en cambio propone:

  • Hacer productos extraordinarios.
  • Anuncios dirigidos a un público objetivo

El autor recomienda diseñar un producto extraordinario que atraiga a los primeros adoptantes pero que sea lo suficientemente flexible y atractivo para que estos lo puedan difundir. Una idea o marca que logra difundirse tiene mayores probabilidades de éxito.

Otra gran diferencia entre el marketing de antiguo y el actual. Es que antes las promociones se dirigían al consumidor. Eran los que entregaban el servicio o producto quienes tomaban la decisión de quién prestaba atención. Ahora, esto cambió. ocurre lo opuesto, porque es el consumidor el que elige a qué atender y cuándo.

Por lo tanto, “es inútil hacer publicidad dirigida a nadie (que no sean transmisores interesados e influyentes)”, tal como dice el autor. Entonces, anunciarse es algo positivo, pero la publicidad tiene que aparecer cuando los consumidores buscan ayuda y en el lugar donde la puedan hallar.

Si la estrategia de la Vaca Púrpura garantiza tantos resultados, ¿por qué es tan poco utilizada? Para Godin, el gran inconveniente aquí es el miedo.

Como todos los demás se detienen o no saben qué hacer con la Vaca, tú puedes ser extraordinario con menos esfuerzo. De esta forma quedan dos caminos por elegir: ser invisibles para no recibir críticas o correr el riesgo de ser únicos y ser la Vaca.

En contra de lo que mucha gente cree, el autor destaca la importancia de la crítica, crecemos pensando que la crítica es sinónimo de fracaso. Pero es necesaria, es la única forma de ser extraordinarios.

Como ya vimos, cada vez menos gente se esfuerza por crear una Vaca Púrpura y destacarse. Es decir, al mismo tiempo que menos personas intentan ser la Vaca, hay cada vez más recompensas por ser extraordinario. “La clave es la capacidad que tiene una pequeña porción de experimentadores ansiosos para influir en el resto de la gente”, destaca Godin. Los que apuestan por la Vaca consiguen una recompensa mucho mayor.

Una vez que ya realizamos algo extraordinario, llega el reto de hacer dos cosas a la vez:

  • Ordeñar la Vaca para sacarle todo el valor, descubrir cómo expandirla y cómo sacar beneficios de ella tanto tiempo como sea posible.
  • Crear un entorno en el que haya posibilidades de crear otra Vaca Púrpura a tiempo para sustituir a la primera cuando sus beneficios comiencen, inevitablemente, a declinar.

Otaku es una palabra japonesa. Godin explica que es un término utilizado para describir algo que es más que un hobby, pero menos que una obsesión. Llevado al marketing, los consumidores otaku son los transmisores que tanto buscamos. Van a tomarse el tiempo de conocer el producto, correrán el riesgo de probarlo y hablarán de él a sus seres cercanos. Son los primeros a los que tenemos que contactar como empresarios para que difundan.

El proceso va directamente al grano: “se debe ir a por la novedad”. Esto implica desafiar tanto al equipo de trabajo como a uno mismo y especificar cuáles son los límites que se tienen.

Lo que une los productos de la Vaca Púrpura “es el proceso que las organizaciones utilizan para descubrir las características que convierten su producto en extraordinario”.

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